Archivos Mensuales: diciembre 2011

Desde París y otros mundos

De la última visita a Paris me sorprendieron especialmente tres iniciativas que quiero resaltar en eltambordehojalata: el 59 de Rivoli, las fiestas de Les Noubas d’Ici, y Le Musée du Quai Branly.

El primero lo encontré de casualidad caminando por la calle Rivoli (parada de metro Châtelet), en la cual me topé con una sugerente entrada a un edificio. Un cartel en la puerta decía: “Ateliers d’artistes, entrée gratuite”. Por curiosidad, pues algo recordaba al París de los años 30, entré sin imaginar lo que allí dentro había: una bonita escalera pintada que unía seis plantas en las cuales se repartían más de 20 talleres de los artistas más diversos, a los que ibas saludando y observando mientras pintaban, fumaban, conversaban o simplemente pensaban. La sensación era de total libertad allí dentro, aunque sí un poco coaccionada por temer molestar a las personas que trabajaban, pero al final entendías que aunque algunas veces pueda ser pesado, tener su taller en un lugar como este es un trampolín para darse a conocer y para compartir experiencias con otros artistas en un ambiente único.

Pues bien, ahora viene lo bueno: resulta que la casa, que pertenecía a un banco, fue okupada en 1999, y en 2002 el ayuntamiento de París se hizo con la propiedad del inmueble para que el proyecto siguiera vivo. ¡Imaginaros! Todo lo contrario a lo que pasa con las casas okupas de cualquier ciudad española, las cuales desarman y desmantelan de la noche a la mañana sin previo aviso y tratando a los que allí viven como delincuentes. No se les reconoce de ninguna de las maneras la labor artística y social que muchas veces ofrecen actuando como centro social del barrio o como espacio creativo, y se cierran lugares necesarios para la comunidad y que ni siquiera los ayuntamientos son capaces de ofrecer. Recordemos La Makabra en Barcelona y la Kukutza (enlace al lipdub que grabaron) en Bilbao, perfectos ejemplos de casas okupas con diferentes fines pero desalojadas sin más…  para echarse a llorar.

Gracias al apoyo de instituciones públicas pueden seguir en pie iniciativas como esta, de hecho, el 59 de Rivoli recibe más de 40 000 visitantes al año, convirtiéndose así en el tercer Centro de Arte Contemporáneo de Paris en cuanto a público que recibe.

¿El objetivo de este lugar? “Presentar y promover las diferentes formas de expresión artística y de animación cultural”. Y es que también programan conciertos semanalmente, y exposiciones cada dos semanas. Este, para mí, es un ejemplo de democratización de la cultura. Si lo que queremos en la sociedad de bienestar (que a la que, por desgracia, no sé cuánto le queda) es el acceso a la cultura de todos los agentes sociales, ¡abramos los espacios! Tal vez no sea tan difícil. Es decir, se habla de cómo ampliar el público de los museos, de cómo hacer que la gente se interese por el arte, de cómo crear sociedades con una mayor cultura y sensibilidad artística. La respuesta, la encontramos en iniciativas del tipo de 59 de Rívoli, donde todo, todos y todas, cabemos.

Del resto de iniciativas parisinas, hablaré en otro momento.